2 Timoteo 2:15
2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (RV 1960)
2:15 Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.(Biblia Lenguaje Sencillo)
Antes de continuar veamos los siguientes videos:
VOCES DEL INFIERNO.
Si muchos que eran buenos creyentes en vida, y que hoy están en el infierno, pudieran hablar, ¿qué te dirían? (Lee Lucas 16:19-31).
EL RAPTO.
Si Cristo llegara hoy por su Iglesia, ¿Te llevaría?. (Lee 1 Tesalonicenses 5:1-11)
PARA CUESTIONARNOS:
Jesucristo instauro su Iglesia en el mundo para ser luz en medio de las naciones. Pero desafortunadamente encontramos hoy muchos Cristianos que parecen pertenecer más al mundo que a la misma Iglesia de Cristo.
Dios esta llamando a su Iglesia a una conversión real y a abandonar las prácticas del mundo que todavía subsisten en medio de su Pueblo.
Dios esta llamando a su Iglesia a una vida en santidad, de unidad en el Espíritu Santo y de amor por medio de la Palabra revelada del Señor.
En el Antiguo pacto, Dios llamo al pueblo Israelita a dejar sus pecados, sus idolatrías y sus nexos con el mundo, para vivir de manera exclusiva en los caminos y propósitos de Dios. Pero su rebeldía fue grande y en medio del destierro, los juicios de Dios se emitieron en contra de su mismo pueblo.
Con la llegada de Jesucristo, el Nuevo pacto se escribe con la Sangre del Cordero degollado en la Cruz, que trajo redención, no sólo al pueblo de Dios, sino también a la humanidad entera.
Hoy nos llama Dios como en aquellos días cuando les decía “si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”(1 Crónicas 7:14). Nuestra Iglesia tiene que ser distinta a la luz de los ojos de Dios, aborreciendo el pecado y la maldad y guardando el camino que es Cristo.
¿CÓMO SER UN OBRERO APROBADO?
1. Guárdate en lo que hablas.
2 Timoteo 2:16 Mas evita profanas y vanas palabrerías. Santiago nos dice que “Todos ofendemos muchas veces”… “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad…” (Santiago 3:2.6)
2. Apártate de toda iniquidad.
(Iniquidad=Maldad, injusticia grande)
2 Timoteo 2:19 Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
3. Mantener un corazón limpio para el Señor.
Jesús hablaba muy claro sobre los de Corazón limpio: Ellos verán a Dios. (Mateo 5:8)
4. Desechar lo necio e insensato.
Todo aquello que sabemos a la luz de la Palabra de Dios que no conviene para nuestra vida, es vital ponerlo a un lado. Muchas veces las necedades nuestras surgen de los malos deseos que no fuimos capaces de abandonar en el pasado.
2 Timoteo 2:22-23.
5. Dejar de ser contencioso.
Gran parte de nuestras vidas ofrecemos contiendas de tipo verbal o físico. Muchas veces nuestras mismas actitudes son el resultado de pensamientos que pretenden ser contenciosos por algo o alguien que nos desagrada: Trabajar mal, no seguir una norma establecida, no mostrar respeto ante ciertas personas, condiciones o circunstancias, dejar de hablarle a alguien sin justificación alguna, son maneras de expresar contienda.
2 Timoteo 2:24 “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”.
6. Ser testimonio de lo que Dios hace en su vida.
Para el mundo y para la humanidad, el testimonio vale más que mil palabras. Son frases popularmente reconocidas: “el ejemplo arrastra”, “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”, “Cada persona es dueña de su silencio y esclava de sus palabras”.
2 Timoteo 2:25-26.
Nota final:
• ¿Qué tanto estas preparado para la llegada de Cristo?
• Si te presentaras ante el Altísimo hoy ¿Qué le entregarías?
• Delante de la presencia del Señor, eleva una oración pidiendo perdón por aquello que te desaprueba delante de Dios y eleva una oración de compromiso para lograr ser un obrero aprobado delante del Altísimo.