martes, 21 de septiembre de 2010

POSESIONANDONOS DE LAS BENDICIONES DE DIOS


Valle de Jezreel (Israel) 
 Josué 1:1-9


1:1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 1:2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 1:3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 1:4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 1:5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 1:6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 1:7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Biblia Reina Valera)

PARA PENSAR

¿Cuales son nuestras grandes conquistas como personas?...

Desde que llegamos a Cristo, ¿Cuáles son nuestras grandes conquistas como discípulos de Jesús?...

¿Cuáles son las prioridades de nuestra vida actualmente?.


Uno de los grandes problemas del pueblo de Cristo en la actualidad, es que vive más preocupado de responder a la presión del momento, porque falta algo o necesita algo. En este trasegar de la vida, nos vamos quedando con los problemas de la vida y vamos dejando de lado las promesas y la esperanza del Dios vivo.

Creemos que las grandes conquistas que debemos tener, están relacionadas con la vivienda, el carro, la culminación de los estudios, las finanzas. Pero las verdaderas conquistas para el pueblo de Dios se resumen en la siguiente cita: Lucas 12:31, Más buscad primeramente el Reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas.



PERFIL DE UN HOMBRE

La Biblia llama a Josué como el Hijo de Nun, quien desde pequeño demuestra ser diferente a todos en el pueblo Israelita.

Se hace seguidor de Moisés y su más cercano discípulo.

Nunca se apartaba de en medio del Tabernáculo. (Ex. 33:11)

Por sus características, nombrado sucesor de Moisés por mandato de Dios mismo (Números 27:18-0).

Con un llamado excepcional (Jos. 1:1-9).

De carácter firme.

Guiado por la sabiduría de Dios.

Adorador por excelencia. (Ex. 33:11; Jos. 5:14-15)



LLAMADO A TOMAR POSESIÓN

No se puede ser un creyente sino se toma una posición dentro de la obra del Señor. Para Josué, servirle al Señor se convirtió en una tarea prioritaria, a tal punto que su vida la dedicaba al Señor y finalmente, Moisés contó con él para muchas cosas que tenían que ver con la dirección del Pueblo.

Pero el principal desafío no era quedarse en medio del pueblo como discípulo. Había que ir a conquistar las bendiciones de Dios para el pueblo.

Como creyentes pensamos que Dios sabe lo que necesitamos, pero nos quedamos quietos y no vamos en su conquista. Creemos que por el simple hecho de ser salvos, ya todo llegará a nuestras manos. Pero la biblia hace un énfasis grande en la tarea del creyente: “ir”. Si Jesús no hubiese dicho “id y haced discípulos a todas las naciones”, difícilmente conoceríamos hoy en día la salvación. Si Pablo no hubiese tomado la determinación de ir a predicar a los gentiles, dudo mucho que hoy pudiéramos estar en una sociedad en la cual se pueda conocer la voluntad de Dios por medio de Jesucristo.



LAS CONDICIONES DE UNA CONQUISTA

El libro de Josué nos presenta varias ideas que tienen que ver con la conquista del creyente:

1. Levantarse. El texto nos habla de que a la muerte de Moisés, Josué se debía levantar y tomar el liderazgo en los proyectos de Dios. En un contexto cristiano actual, debemos hacernos una pregunta: ¿Qué es lo que nos impide levantarnos en los proyectos del Señor?.

2. Visualizar el terreno que se va a conquistar. En el libro de Josué, el mandato de Dios es la conquista de un basto terreno. Mientras que para muchos Israelitas, la tierra prometida era sólo un sueño, una utopía, algo inalcanzable, y sólo pensaban en un pequeño terreno, el mandato de Dios era Claro y hacía referencia a una gran extensión de terreno: No era simplemente conquistar una pequeña ciudad, no, se trataba de conquistar a naciones enteras. En un contexto cristiano actual, debemos hacernos una pregunta: ¿A qué nos esta desafiando a conquistar el Señor?.

3. Tomar la autoridad de Dios. El verso 5 nos presenta el respaldo divino. No se puede conquistar sin el respaldo del Señor. Por eso, toda conquista que se haga en las fuerzas humanas, tiene una alta probabilidad de fracaso. En el reino de Dios nos movemos es por su presencia, por su respaldo, que por nuestras emociones. En un contexto cristiano actual, debemos hacernos una pregunta: ¿Cómo estamos actuando: bajo la autoridad de Dios o bajo nuestra propia autoridad?.

4. Esforzarse y dejar los miedos. La expresión Esfuérzate y se valiente se repite en tres ocasiones: la primera es en el verso 6, donde se hace alusión a la tarea por hacer. La segunda, en el verso 7 donde, no solamente se hace referencia a una tarea, sino a la condición esencial que mantendrá el respaldo de Dios en la tarea: No apartarse de los mandatos dados por Dios. Esto implica que sea necesaria una vida de rectitud y Santidad. Pero es interesante el resultado que el texto termina planteando: “Porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”. La tercera, en el verso 9, da una consecuencia directa de los anteriores versos: Jehová tu Dios estará contigo en dónde quiera que vayas. En un contexto cristiano actual, debemos hacernos dos preguntas: ¿Hacia qué estamos encausando nuestros esfuerzos? ¿Cuáles son los principales temores que nos aquejan como creyentes?.



LA INVITACIÓN AL PUEBLO SANTO DE DIOS

1. Levantarnos de la religiosidad que tenemos.

No podemos quedarnos sentados esperando a que “otros” hagan lo que nos toca hacer a nosotros en el Reino de Dios. Debemos levantarnos de en medio de las seguridades que tenemos, de en medio de las situaciones de pecado que tocan la integridad de nuestras vidas y de en medio de todo aquello que no le agrada al Señor y que aún permanece en nuestras vidas.



2. Veamos lo que Dios tiene para que sea conquistado por nosotros
Isaías 55:8-9 dice: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Generalmente los únicos pensamientos que rondan nuestra mente, son los limitados pensamientos que podemos tener por causa de nuestra necesidad presente. Pero Dios nos desafía a ver más allá de nuestras propias narices y tener una perspectiva, no humana, ni religiosa, sino espiritual desde la óptica de Dios.



3. Tomar la autoridad que Dios nos ha conferido por medio de su hijo Jesucristo.

La gran comisión de “ir y hacer discípulos a todas las naciones”, es una tarea prioritaria para todo creyente, que le debe empujar a vivir radicalmente el evangelio y predicar, no sólo con su palabra, sino también con su testimonio (Tito 2:1.7).

La autoridad conferida por Dios, nos tiene que llevar a tomar decisiones personales, familiares y ministeriales desde la Palabra de Dios y desde la revelación que el Espíritu Santo nos de.



4. Esforzarnos y ser valientes.

1. En las tareas que tenemos que desarrollar como personas y principalmente como Cristianos.

2. En vivir una vida plena en la Palabra de Dios y caracterizada por el sello de la Santidad y Rectitud al Señor.

3. Creyendo y viviendo el respaldo directo de Dios, que nos acompaña en donde estemos y en lo que emprendamos bajo su dirección.

Así el resultado es simple:

“Porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”

Nota final:


• ¿Cuáles son los impedimentos para levantarte a hacer la obra del Señor?


• ¿A qué conquista te esta llamando el Señor?


• En la presencia del altísimo, preséntate como obrero dispuesto a hacer su voluntad y toma la determinación hoy mismo de vivir como un siervo del Señor dispuesto a conquistar las bendiciones de Dios y a dejarte guiar por su palabra y por su presencia en la encomienda que te ha puesto.

sábado, 11 de septiembre de 2010

ENTRANDO EN EL REPOSO DEL SEÑOR


Mateo 11:28


11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (RV 1960)


11:28 Luego dijo Jesús: “Vengan a mí todos los que estan cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.(Biblia Lenguaje Sencillo)



Alguna vez se ha puesto a pensar sobre el significado de Génesis 2:2. ¿Realmente Dios necesitaba reposo?. ¿Es un aspecto divino el cansancio?. ¿Qué podemos decir respecto al cansancio de Dios?.

Realmente resulta asombroso encontrarnos hoy en día con situaciones en las cuales no tengamos que cargarnos o cansarnos. Pero la realidad es que nuestra vida esta llena de situaciones y circunstancias relacionadas con el cansancio y la fatiga.

El mismo estrés es un resultado de las múltiples ocupaciones que tenemos en la vida cotidiana y no resulta nada nuevo encontrarnos con personas que viven permanentemente enfermas y enojadas a causa de su ritmo de vida. En sí, este tipo de circunstancias nos afectan a todos de una u otra manera y muy directamente cuando las situaciones de vida por las cuales estamos pasando se ven confrontadas por el acelere en el que vivimos y las múltiples responsabilidades a las cuales nos vemos enfrentados.



UN MANDATO DIVINO

Génesis 2:2-3 dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”

¿Realmente Dios tenía la necesidad de descansar? Por supuesto que no. Pero la aplicación del mensaje que nos presenta este texto va muy ligado a lo que plantea Mateo 11:28 relacionado con el poder y la autoridad de Dios.

Dios es un Dios de poder, orden y autoridad. Tiene muy claro hasta donde somos capaces de llevar nuestras cargas y estipula de manera directa el cumplimiento de un mandato simple, que para muchos se volvió algo religioso: El reposo. Pero, nótese algo muy importante dentro del texto: lo santificó. No se trata de cualquier tipo de reposo, o lo que en algunas culturas definen como “pereza”. Se trata de un reposo que tiene que llevarnos obligatoriamente a la santidad.



LOS QUE NO ENTRARON EN EL REPOSO

El Salmo 95 nos habla de la alabanza que debemos dar al Señor por sus grandes maravillas y por su Poder. Pero también hace énfasis en el verso 7 al 11, que los duros de corazón y aquellos que no oyeron su voz, no entrarán en el reposo de Dios. Es claro que en la perspectiva del Antiguo Testamento, el reposo se considera un premio para aquellos que cumplen los mandatos de Dios, los guardan ponen por obra. Pero también es claro que nos encontramos con una perspectiva que es futura.

Ezequiel 20:12 dice: “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.”. No se trata de un día cualquiera, sino de una señal dada por Dios, por medio de la cual, el Señor esta santificando a su pueblo. Pero al seguir el relato de Ezequiel, vemos que el pueblo se apartó del Señor, pese a la gran misericordia y el infinito amor que tenía Dios por su pueblo.



LA INVITACIÓN AL PUEBLO SANTO DE DIOS

1. Poner las cargas en Cristo y entrar en su reposo.

Mateo 11:28 nos da la dirección del verdadero reposo en el Señor. Jesús tuvo muchas dificultades con los religiosos de su época, que no entendían porque este hombre, que le decían Jesús, constantemente quebrantaba la norma del Sabbat haciendo cosas que normalmente estaban prohibidas para el pueblo judío como cosechar granos en día de descanso, sanar enfermos, entre otros. Pero lo que realmente estaba haciendo Jesús era abriendo las puertas al verdadero reposo estipulado por el Señor desde Génesis.

El Señor, durante todo el tiempo hacía mucho énfasis en guardar el día de reposo, pero esto siempre tenía su acento especial en guardar sus mandamientos, porque de esta manera Dios tenía planes de santificar a su pueblo. De manera que ya no era simplemente no hacer muchas cosas en el día de reposo, sino el hecho de que, se debía hacer un alto en el camino, delante de la presencia de Dios y, como decimos en nuestra cultura, arreglar las cargas delante del Señor.

Ahora bien, cuando Jesús hace referencia al yugo, no solamente habla de las cargas y de las dificultades de la vida cotidiana que tanto nos afligen, sino que apunta a todo aquello que, en el ámbito espiritual, se esta convirtiendo en una carga. Cosas como la falta de oración, la falta de revelación, la falta de vida espiritual, se han convertido en muchas personas como los grandes yugos que no les permiten vivir en una vida abundante de la misericordia del Señor.

Más aún, no estamos haciendo referencia a un reposo futuro, ya que la expresión de Jesús en este texto es a presente: “Y yo os haré descansar”.

Es así entonces que entrar en el reposo de Jesús, significa entrar, como dice el apóstol Pablo, en la paz que sobrepasa todo entendimiento, no solamente en el tiempo futuro, sino que es también en el tiempo presente



2. Permanecer en el reposo del Señor.

Hebreos 4 hace referencia a los que no entraron en el reposo del Señor y de igual forma a la Iglesia, como destinataria, por la fe, a heredar el reposo que fue negado al pueblo rebelde que se manifestó en contra de Dios, durante el anterior pacto.

El verso 1 dice claramente: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado”. Y en el verso 11 dice: “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.”.

Generalmente, un hijo en desobediencia a Dios, es un hijo turbado y agotado. No podemos hablar de paz, de gozo o de reposo, cuando en nuestro corazón hay desobediencia y rebeldía. Y es muy difícil para aquel que esta en rebeldía, experimentar la maravillosa presencia del Señor que otorga la paz que viene de lo alto.

Por eso Jesús enfatizó constantemente el amor y la reconciliación como mecanismos de restitución que Dios usa para devolver la paz y el gozo a sus hijos. Un corazón que no esta dispuesto a vivir el perdón, la reconciliación con Dios y con su prójimo, no puede entrar en el reposo del Señor y menos, permanecer en él.





Nota final:

• Actualmente ¿Estás viviendo en el reposo del Señor?

• ¿Cuáles son las cargas o yugos que aún no le entregas a Jesús?

• En el altar de Dios, dispón tu corazón en actitud de arrepentimiento por aquello que ha frenado el reposo del Señor para tu vida, entrégale todas las cargas que aún guardas celosamente en tu corazón y renueva tu oración de fe, para que Cristo te de reposo y recibas la paz que sobrepasa todo entendimiento.