martes, 20 de julio de 2010
LAS CUATRO ARMAS ESPIRITUALES DEL CREYENTE
Efesios 5:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”
Un paso importante para en esta lucha:
SANTIDAD A JEHOVA
La base de la vida del creyente
La Santidad en el Antiguo Testamento
La diadema santa (28.36–39)
El turbante (mitra) era un gorro sencillo de lino blanco, tal vez no muy diferente del que usa un chef de cocina moderno, sólo que no tan alto. En el turbante, sostenido por un cordón de azul, había una lámina de oro que decía «Santidad a Jehová». Se le llamaba «la diadema santa» (29.6; 39.30; Lv 8.9) y enfatizaba el hecho de que Dios quería que su pueblo sea santo (Lv 11.44; 19.2; 20.7). La nación era acepta delante de Dios debido al sumo sacerdote (v. 38), así como el pueblo de Dios es aceptado en Jesucristo (Ef 1.6). Debido a Jesucristo, el pueblo de Dios hoy es un sacerdocio santo (1 P 2.5) y real sacerdocio (1 P 2.9).
qadash (קָדַשׁ, 6942), «santificar, ser santo». Este verbo también aparece en fenicio, arameo bíblico y etiópico. En ugarítico q-d-sh significa «santuario», y en babilónico antiguo qadashu quiere decir «brillar». Qadash se encuentra unas 170 veces durante todos los períodos del hebreo bíblico.
La raíz principal de este verbo denota un acto o estado por el cual personas o cosas se apartan para el culto a Dios: se consagran o se «hacen sagradas». Para el culto a Dios. Esta acción o condición significa que el objeto o la persona es «consagrada». Debido a este acto y en ese estado la cosa o persona consagrada no debe emplearse en trabajos ordinarios (o de uso profano) y deben tratarse con especial cuidado porque son propiedad de Dios.
La Santidad en el Nuevo Testamento
jagiazo (ἀγιάζω, 37), hacer santo (de jaagios, santo; véase B, Nº 1). Significa poner aparte para Dios, santificar, hacer una persona o cosa lo opuesto a koinos, común. «Se utiliza: (a) del oro adornando el templo y de la ofrenda puesta sobre el altar (Mt 23.17, 19); (b) de comida (1 Ti 4.5); (c) del cónyuge incrédulo de una persona creyente (1 Co 7.14); (d) la purificación ceremonial de los israelitas (Heb 9.13); (e) del nombre del Padre (Lc 11.2); (f) de la consagración del Hijo por parte del Padre (Jn 10.36); (g) del Señor Jesús dedicándose a sí mismo a la redención de su pueblo (Jn 17.19); (h) al hecho de poner aparte al creyente para Dios (Hch 20.32; cf. Ro 15.16); (i) del efecto sobre el creyente de la muerte de Cristo (Heb 10.10, dicho de Dios, y 2.11; 13.12, dicho del Señor Jesús); (j) de la separación del creyente del mundo en su conducta, por el Padre por medio de la Palabra (Jn 17.17,19); (k) del creyente que se aparta de aquellas cosas que deshonran a Dios y su evangelio (2 Ti 2.21); (1) del reconocimiento del señorío de Cristo (1 P 3.15). En Ap 22.11: «el que es santo, santifíquese todavía», el aoristo o tiempo puntual expresa lo terminante y consumado del acto divino.
«Por cuanto cada creyente es santificado en Cristo Jesús (1 Co 1.2, cf. Heb 10.10), una designación frecuente en el NT para todos los creyentes es «santos», jagioi, esto es, «santificados». Así la santidad, o santificación, no es un logro, sino el estado al que Dios, en su gracia, llama a los pecadores, y en el que comienzan su curso como cristianos (Col 3.12; Heb 3.1)» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 113-114).
Para que estas armas espirituales sean efectivas se debe comenzar por LA SANTIDAD
La SANTIDAD es lo que le da validez a estas armas:
FE
Hebreos 11: 1. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
En una realidad material, nos lleva a prever lo natural: ejemplo el día que viene, el clima, los compromisos, los negocios…
En una realidad espiritual, se conecta a lo natural y lo afecta… en el buen sentido (lo santifica) y en el mal sentido (lo maldice).
Fidelidad y compromiso determinan el poder y la altura de tu fe.
ORACIÓN
Jeremías 33: 2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: 3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
La oración es un contacto vital para mantenerse en comunión con Dios.
Una vida escasa de oración es una vida llena de problemas.
Una vida llena de oración es una vida llena de revelación.
Para darle la honra a Dios (Alabanza – Adoración)
Mateo 11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 11:26 Sí, Padre, porque así te agradó.
Para preservarse en el momento de la prueba
Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Para recibir el favor de Dios
Marcos 11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
AYUNO
Abstenerse de comer alimento (puede ser de una mañana o de todo un día).
El ayuno tiene el poder de alinear el espíritu con los propósitos de Dios y de alinear el alma y al cuerpo con el espíritu.
Ayuda a alcanzar la victoria en los momentos de dificultad (2 Cro 20)
Se usa para recibir una respuesta o una dirección de Dios. (Daniel 9:3 y 9:21-22)
Es un arma que nos prepara para expulsar fuera demonios (Mateo 9:14-29)
OFRENDA
Desde el Antiguo Testamento
minjah (מִנְחָה, 4503), «ofrenda; tributo; presente; don, sacrificio; oblación». El Antiguo Testamento contiene varios nombres que tienen que ver con algún tipo de «ofrenda». Minjah se encuentra unas 200 veces en el Antiguo Testamento, en todos los períodos. También se usa en hebreo moderno, con el sentido de «don o presente» y de «oraciones vespertinas»
Primero, minjah se usa muchas veces en el Antiguo Testamento para referirse a un «don» o «presente» de una persona para otra.
Segundo, a menudo minjah se usa indicando el «tributo» que se paga a un rey o señor.
Tercero, minjah se usa a menudo para referirse a cualquier «ofrenda» o «don» para Dios, ya fuera vegetal (granos/cereales) o animal («sacrificio de sangre»)
Exodo 36: 2-7
Desde el Nuevo Testamento
prosfero (προσφέρω, 4374), primariamente, traer a (pros, a; fero, traer), también denota ofrecer: (a) del sacrificio de Cristo de sí mismo (Heb 8.3)
anafero (ἀναφέρω, 399), primariamente, conducir o llevar arriba (ana, arriba), denota también ofrecer: del sacrificio de Cristo de sí mismo.
Hechos 10:1-4
La primera ofrenda del creyente debe ser su propia vida.
La segunda ofrenda del creyente debe involucrar todo lo que tiene: sus apegos, sus posesiones materiales y sus finanzas
Ore, amado hermano, para que Dios nos haga sabios en el espíritu y seamos obreros eficaces para su obra en nuestras vidas y en la tierra.
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